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Averías más comunes en invierno

El invierno es la estación con las condiciones meteorológicas más adversas y en la que la conducción puede resultar más peligrosa por la nieve y el hielo. Además, la bajada de las temperaturas, en algunas ocasiones de forma extrema, puede suponer un problema para los componentes mecánicos de nuestro coche.

Los vehículos están fabricados de tal forma que puedan resistir las condiciones bajo cero sin problemas, pero la falta de mantenimiento o la antigüedad del automóvil, es posible que derive en una avería común.

Una de las averías más costosas tiene que ver con la rotura de los conductos y los manguitos del motor y puede oscilar entre los 1.000 y 1.500 euros, según la cantidad de piezas que tengan que repararse. Por esto es importante tener máxima precaución al arrancar el motor y realizar una conducción suave hasta que los fluidos cojan temperatura poco a poco.

Muy importante es también mantener a buen cuidado la batería del coche. La sustitución no es muy costosa y si no la realizamos puede acarrear muchas consecuencias como, por ejemplo, impedir que el motor arranque al completo.

También debemos prestar atención a los neumáticos, especialmente a la profundidad del dibujo de los neumáticos, para que pueda agarrar con facilidad a la carretera.

Finalmente, es imprescindible el mantenimiento del líquido refrigerante. Si se encuentra en mal estado puede provocar la rotura de la culata y unos gastos de casi 3.000 euros.

El 80% de los vehículos que viaje estas navidades no pasarán una revisión previa.

Estas navidades ocho de cada diez vehículos saldrán a la carretera sin haber pasado por un previo mantenimiento.

Para evitar la posibilidad de sufrir un accidente por esta causa, aconsejamos, como mínimo, revisar el correcto funcionamiento de las luces, que los faros estén bien reglados en altura y que apunten en la dirección correcta, ya que la DGT señala que el 40% de los accidentes se produce en situaciones de baja visibilidad, según informa Europa Press.

También es importante revisar el correcto funcionamiento de los frenos. Tanto el estado de las pastillas como el nivel del líquido de frenos. Asimismo conviene revisar los líquidos (aceite, anticongelante y limpiaparabrisas) y las escobillas para tener una correcta visibilidad. Además, se debe comprobar el buen funcionamiento de la batería, el aire acondicionado y la calefacción.

Algo esencial en este tiempo de agua y frío es controlar el estado de los neumáticos, que la profundidad sea como mínimo de 1,6 milímetros, la presión de estos y llevar siempre cadenas para la nieve o neumáticos que no la necesiten.